lunes, 21 de marzo de 2011

Panecillos de centeno, miel y avena



Si tenéis hijos en edad escolar me imagino que os pasará como a mi cuando tengo que pensar en qué le doy para el almuerzo del recreo.  Cierto es que algunos colegios dan un escrito con lo que tienen que llevar cada día para evitar que haya envidias o peleas, pero en mi caso no es así y a veces me cuesta decidir que darle para que coma variado.  Pues bien, aparte de darle fruta y algún que otro yogur de beber, yo le doy todos los días, o casi todos, un panecillo casero en bocadillo.  Cada vez hago de un tipo diferente, y esta semana ha tocado de centeno, miel y avena.  He de decir que quedan un poco menos esponjoso que los de harina blanca, pero son bastante más sanos.  Yo hago panecillos para poder congelarlos y sacarlos uno a uno cada día para el bocadillo, pero también se puede hacer tipo pan de hogaza si os gusta más. Espero que os guste.

Ingredientes (salen unos 20 panecillos)

* 300 gr de harina blanca de fuerza
* 200 gr de harina de centeno (yo la compré en un herbolario)
* 2 cucharaditas de sal
* 15 gr de mantequilla en trozos
* 100 gr de copos de avena y un poco más para espolvorear
* 20 gr de levadura fresca de panadería 
* 150 ml de leche templada y un poco más para glasear
*  2 cucharadas de miel densa 
* 220 ml de agua templada

Elaboración

Verter los ingredientes líquidos en el vaso de la thermomix y atemperar 1 minuto, 37 º velocidad 1.  Añadir entonces la levadura y la miel y mezclamos unos segundos a velocidad 3 1/2.  Ponemos entonces el resto de los ingredientes y mezclamos 10 segundos a velocidad 6.  Amasamos 2 minutos velocidad espiga y dejamos levar hasta que doble su tamaño. 
Aplastamos la masa sobre una superficie enharinada y formamos los panecillos con la forma deseada poniéndolos ya sobre la placa de horno cubierta por papel de hornear.  Tapamos con un paño y dejamos levar de nuevo durante una media hora.  Pintamos con leche y espolvoreamos unos copos de avena en cada uno de ellos. Horneamos en el horno previamente precalentado a 230º durante unos 5 minutos bajando la temperatura a 200º para hornear unos 10 minutos más o hasta que estén dorados y al golpear la base suene a hueco.  Dejamos enfriar en una rejilla y si no los vais a comer en el día congelarlos en una bolsa de plástico bien cerrada.  Para descongelarlos es suficiente con sacarlos del congelador en el momento que ponemos el horno a precalentar a 200º  y horneamos de 6 a 8 minutos con el ventilador puesto.

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